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DECLARACION BALFOUR SOBRE PALESTINA - ORIGEN DEL ESTADO DE ISRAEL
Una serie de hechos providenciales ofrecen a los judíos una oportunidad para lograr del gobierno británico el primer apoyo para el reconocimiento de un hogar en Palestina.


En noviembre de 1917 dirigentes sionistas, entre los que se destaca Jaim Weizmann influyen ante el secretario de Exterior británico Sir Arthur Balfour logrando a traves de este el apoyo de su gobierno mediante una declaracion favorable
para la creación de un estado nacional judío en Palestina con resguardo de los derechos civiles o religiosos de las demas comunidades no judías. La nota dirigida al lider de la comunidad judeo-britanica segundo Lord Rothschild (*) reviste una importancia fundamental para un futuro estado judío.

Imagen corresponde a : A.Balfour (*) Lionel Walter Rothschild, 2do. Baron Rothschild, su padre Nathan Mayer Rothschild ha muerto dos años antes.

1881 - Hostigamentos y pogroms* en Rusia
1882 - Primer desplazamiento de judíos
1892 - Prevenciones árabes y presiones europeas
1894 - Otro disparador del sionismo: Dreyfus
1896 - Herlz formula su visión del Sionismo
1897 - El Sionismo organiza su 1er. Congreso
1903 - Pogroms en Kishinev
1904 - El legado de Herzl
1904 - Nuevas tribulaciones en Rusia
1905 - 7mo. Congreso Sionista, en Basilea

1909 - Origen de Tel-Aviv y de Hashomer
1911 - El derrumbe del Imperio Otomano tras sucesivas guerras favorece intereses judios
1914 - Estalla la 1ra. Guerra Mundial
1917 - La caida del zarismo y el ingreso de EE.UU. a la guerra resultan igualmente providenciales
1917 - Palestina y Jerusalén cambian de dominio
1917 - Declaración Balfour sobre Palestina
1920 - Ratificaciones internacionales



Antecedentes y sucesos que llevaron a la declaración

"El 9 de noviembre de 1914, en un discurso pronunciado en el Ayuntamiento de Londres, el primer ministro británico Herbert Asquith anunció con acento dramático: "El Imperio turco se ha suicidado." [...]
. El sultán se había comprometido con la victoria alemana y se disponía a desencadenar una yihad contra Gran Bretaña. Asquith deseaba impedir que los cien millones de musulmanes que eran subditos del Imperio británico se incorporasen a esa campaña. De ahí su discurso, que comprometía a Gran Bretaña a destruir finalmente el Imperio otomano y dar la libertad a sus pueblos. Pero al proceder así, sin quererlo estaba añadiendo otra pieza fundamental al rompecabezas del estado sionista. Pues si se eliminaba el dominio turco en Palestina, entre otros lugares, nada impediría que un hogar nacional judío ocupase el vacío. [...]
El enemigo mortal de los judíos era la Rusia zarista, a la que ahora el ejército alemán estaba tratando de destruir. En el East End de Londres, los judíos se resistían a presentarse voluntarios para luchar contra los alemanes,
[...] Cuando las tropas alemanas, después de derrotar al ejército ruso en Tannenberg, entraron en la Polonia rusa, los judíos las saludaron como a salvadores. [...] Incluso en los asentamientos judíos de Palestina, el alemán tendía a ser la lingua franca. Muchos colonos deseaban que el alemán, más que el hebreo, fuese el idioma utilizado para enseñar en las escuelas judías. Se lo aceptaba, sin discusión, como el idioma oficial de los congresos sionistas.
.[...] De todos modos, los más sagaces percibieron el inmenso significado de la decisión británica de fragmentar el Imperio otomano. Uno de los que así pensaban fue Chaim Weizmann, [...]

Weizmann descubrió la vocación de su vida en Inglaterra, esa vocación era aprovechar la existencia del Imperio británico y la buena voluntad de su clase gobernante, para promover el nacimiento del hogar nacional judío. Weizmann, que adoptó la ciudadanía británica en 1910 [...] Conoció a C. P. Scott, el poderoso editor de un rotativo liberal, el Manchester Guardian, y, por su intermedio, a miembros del Parlamento por Lancashire, como Arthur Balfour, jefe de los conservadores, y Winston Churchill. Scott también le presentó a su amigo político más íntimo, Lloyd George. Todos estos hombres se convirtieron en firmes partidarios del sionismo.
Weizmann descubrió un aliado imprevisto en Herbert Samuel, miembro liberal del Parlamento. Fue un tiempo miembro del régimen establecido judío, cuando este tenia una actitud abrumadora y a veces venenosamente antisionista. [...] De modo que cuando en 1909 se incorporó al gabinete, fue el primer judío que ocupó allí un lugar. También había realizado tareas políticas en la Whitechapel judía, y las impresionantes escenas de pobreza y degradación que presenció allí lo convirtieron en sionista. [...] Samuel había concebido por su cuenta un plan destinado a aprovechar la intervención turca,
[...] ¿Qué podía decirse de un hogar nacional para los judíos? [...] Samuel advirtió que la región ocupada por el hogar nacional no podía incluir "Beirut y Damasco, pues allí había una numerosa población no judía que no podría ser asimilada". Por lo tanto, agregó, "sería muy ventajoso que el resto de Siria fuese anexionado por Francia, pues para el estado era mucho mejor tener por vecino a una potencia europea y no a los turcos". Cobró forma la idea de una división entre ingleses y franceses, de modo que los británicos se apoderasen de Palestina, los franceses de Siria y Líbano, de acuerdo con los criterios aplicados más tarde en el convenio secreto Sykes-Picot, concertado en Versalles.

[...] Asquith, un antisemita de salón, miró con desdeñoso regocijo cuando Samuel expuso su plan al gabinete y suscitó la enérgica resistencia de su primo Montagu, que era antisionista. [...] El 13 de marzo de 1915 se refirió nuevamente al "memorándum casi ditirámbico" de Samuel acerca de Palestina, "adonde con el tiempo los judíos dispersos retornarán desde todos los rincones del globo, y a su debido tiempo conseguirán el Gobierno Propio [...] fuera de Samuel el único partidario de esta propuesta es Lloyd George [...] Pero los hechos se desarrollaban ininterrumpidamente en favor de los sionistas. [...] Lloyd George asumió totalmente la Oficina de Guerra. Este episodio señaló el comienzo de una transferencia de recursos al Mediterráneo oriental, y esto a su vez hizo que una conquista británica de Palestina fuese más probable. [...] Cuatro meses después, Asquith tuvo que abandonar su cargo, Lloyd George se convirtió en primer ministro y designó a Balfour secretario de Relaciones Exteriores. Este paso fue decisivo.

[...] Balfour era un aliado igualmente importante, porque detrás de una actitud tímida acechaba una voluntad de acero que era muy necesaria para superar las vacilaciones de los funcionarios y los colegas del Foreign Office. [...] Así, Balfour se convirtió en un sólido aliado sionista y avanzó en el Foreign Office hacia un compromiso británico definido y público. Los hechos lo favorecieron. En enero de 1917 las tropas británicas comenzaron la conquista de Palestina. El mismo mes se derrumbó el régimen zarista, y así desapareció el principal obstáculo individual que se oponía a un apoyo judío total y mundial a la causa de los Aliados. Kerenski, el primer ministro provisional, anuló el código antisemita de Rusia. Y hacia finales del mes Alemania comenzó la guerra submarina ilimitada, lo que determinó que la intervención norteamericana en favor de los aliados fuese inevitable. Casi automáticamente el gobierno norteamericano se convirtió en firme partidario del hogar nacional judío en Palestina. Había obstáculos. Los franceses detestaban la idea de que los judíos, y aun más los británicos protestantes, y no la católica (y atea) Francia estuviesen en Jerusalén. [...] También hubo atisbos de oposición de los intereses árabes o de los departamentos oficiales que los representaban. Pero los árabes habían tardado en moverse, no habían contribuido en nada importante al esfuerzo bélico y su "rebelión árabe" había sido poco impresionante. [...] Esta cuestión habría de tener consecuencias importantes.

La forma adoptada por el compromiso debía ser una carta de Balfour, en su carácter de secretario de Relaciones Exteriores, a lord Rothschild, como jefe de la comunidad judeoinglesa, [...] Rothschild fue bien aconsejado por Weizmann y otros, y su borrador original de la promesa británica, entregado a Balfour el 18 de julio de 1917, contenía tres elementos importantes. El primero era la reconstitución de Palestina como un todo, con el carácter de hogar nacional de los judíos. El segundo era el derecho sin restricciones a la inmigración judía. El tercero, la autonomía interna judía. Estos tres puntos otorgaban a los sionistas todo lo que podrían haber deseado razonablemente.
[...] el borrador habría sido aceptado [por el gabinete de guerra] a principios de agosto esencialmente como nosotros lo presentamos". Pero tal como resultó en realidad, la carta no fue aprobada por el gabinete hasta el 31 de octubre, y entonces ya había sufrido cambios importantes1 Ya no equiparaba a Palestina con el hogar nacional, no aludía a la inmigración judía sin restricciones o al gobierno interior y salvaguardaba los derechos de los árabes.

Estaba fechada el 2 de noviembre de 1917 y el parágrafo esencial decía: "El gobierno de Su Majestad mira con buenos ojos la creación en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío y utilizará sus mejores oficios para facilitar la consecución de esta meta, entendiéndose claramente que no se hará nada que pueda perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes en Palestina, o los derechos y la situación política de los cuales gozan los judíos en otro país cualquiera."
[...] De todos modos, la Declaración Balfour fue la pieza fundamental del rompecabezas, porque sin ella el estado judío jamás habría nacido. Gracias a Herzl y a Weizmann los judíos actuaron exactamente a tiempo. [...]

Cuando se publicó la Declaración, vivían en Palestina de 85.000 a 100.000 judíos, con una población total de 600.000 almas. Casi todo el resto estaba formado por árabes. Si el conjunto de los árabes hubiese contado con una buena organización diplomática durante la guerra -si en general los árabes de Palestina hubiesen tenido alguna organización-, no cabe la más mínima duda de que jamás se habría emitido la Declaración. Incluso doce meses más tarde no habría sido posible. En la realidad, Weizmann introdujo a los sionistas por la estrecha ventana de la oportunidad, una ventana que nunca más volvería a abrirse. [...] En Londres, Lloyd George y Balfour consideraron que habían aprovechado la guerra más odiosa de la historia humana para producir por lo menos algún beneficio: dar un hogar a los judíos."


(Fragmentos de la siguiente fuente bibliográfica).
Libro:  Paul Johnson - La Historia de los Judíos   (1987)
NOTA: Titulos y subrayados del fragmento no corresponden al autor.
Asociado a Libreria Santa Fe
Acerca de Paul Johnson  
Renombrado periodista, historiador y escritor británico nacido en 1928. Colaborador asiduo de los mas prestigiosos periodicos de Gran Bretaña y los EE.UU. Prolifico escritor desde comienzos de los 70 de obras que abarcan Arte, religion, antologias, novelas e historia. Como historiador, su genero mas destacado ha escrito entre muchos otros libros: La Historia del Cristianismo - Tiempos Modernos (historia del siglo XX) y La Historia del pueblo Americano.



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